Esa sirena me hipnotizó con su cantar, era lo más bello que jamás escuché. Me sentía totalmente atontado, debía poner rumbo a esa voz. La encontré al fin y pude apreciar su rostro, que era aún más bello que su cantar. Tenía una cara dulce, unos ojos grandes y
miércoles, 30 de diciembre de 2015
Suscribirse a:
Entradas (Atom)