miércoles, 20 de mayo de 2015

Libertad con límite.

Una libertad que no encuentra ningún límite no puede definirse, precisarse, diseñarse claramente. Solo los límites le dan un sentido, una consistencia. Pero, ¿dónde están? Respuesta: allí donde un daño se sigue de su uso. Daño para sí, o daño para el prójimo. Pero ¿quién está habilitado para juzgar los daños? Los padres, los adultos, las personas investidas de poder, autoridad o experiencia.
No hay libertad, en efecto, si debe pagarse con un disgusto o una pena, con una falta o un apuro, con un riesgo para uno mismo o para el otro. 
Por supuesto, a veces es difícil ser juez y parte, saber lo que es perjudicial para uno mismo o para el prójimo; pero a menudo es más difícil aún confiar esta tarea a un tercero siempre susceptible de abusar de la autoridad.

Con la autodisciplina se arriesga menos.

Unknown

Author & Editor

Has laoreet percipitur ad. Vide interesset in mei, no his legimus verterem. Et nostrum imperdiet appellantur usu, mnesarchum referrentur id vim.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
biz.